Actualizado: 5 may
Hace muchos años, vivía una vida frustrada y solitaria. Casi no tenía amigos, me sentía inútil y me iba mal en la escuela, especialmente en matemáticas. Durante años, me enfoqué únicamente en lo que me salía mal, en lo que no tenía, y cada noche le pedía a Dios, entre lágrimas, que cambiara mis circunstancias. Vivía en tristeza constante, y en el fondo sabía que esa no era forma de vivir.
Pasaron muchos años hasta que comprendí que quien tenía que cambiar era yo. Todo comenzaba por mis pensamientos, que se habían convertido en un mal hábito: enfocarme solo en lo que me decepcionaba. No sabía que, sin quererlo, yo misma me estaba haciendo daño.
Poco a poco, empecé a descubrir que sí tenía talentos: era buena en el dibujo, la danza y las artes. Me di cuenta de que existen distintos tipos de inteligencia, y que por años me enfoqué únicamente en lo que no eran mis fortalezas.
Entonces, comencé a cambiar mi manera de verme, a aprender cosas nuevas en el área creativa, y descubrí algo aún más poderoso: que con persistencia, podía lograr cosas que nunca imaginé.
Este ha sido un camino largo, de más de diez años, que me ha llevado a encontrar mi pasión, mi vocación y mi propósito. Hoy, quiero hablarle a cada persona que se siente como yo me sentía, y decirle:✨ Eres hermosa.✨ Tienes un gran potencial dentro de ti, esperando que lo despiertes.
Esa es mi misión: ayudarte a encontrar tus alas, extenderlas y atreverte a volar hacia lo más alto.